
Sí, cumplir años. Gritarlo, celebrarlo y disfrutarlo. En una época que venera lo joven y lo inmediato, reconocer el paso del tiempo como algo valioso se ha convertido en una especie de revolución silenciosa.
¿Por qué sigo celebrando mis cumpleaños con tanta alegría?
Porque sí. Porque puedo. Porque me sale del…….. corazón.
Y porque cada año me encuentro más viva, más libre… y con ese no sé qué que da la experiencia.
¿Te parece exagerado? Quédate, que te lo cuento.
1. Estoy viva (y eso no es poco)

Cada vela en la tarta es una prueba de que sigo aquí. Respirando. Riéndome. Amando.
Y sí, también equivocándome. Pero aprendiendo a cada paso.
2. Me he reconciliado con la arruga
No me he rendido. Me he reconciliado.
Cada línea en mi piel cuenta una historia, y no pienso borrarla.
«La piel no envejece, madura», leí hace poco. Y me lo tatuaría si no me diera pereza la aguja…
3. Soy mejor compañía (para mí y para los demás)

Ya no necesito multitudes para sentirme acompañada.
Y cuando elijo con quién compartir el tiempo, lo hago desde la calma, no desde el miedo a estar sola.
Eso, créeme, cambia todo.
4. Me importa un poquito menos lo que piensen los demás
Con la edad, he afinado el oído: ahora solo escucho lo que me suma.
Y el resto, como dice la sabia Rosalía, «¡tra, tra!».
5. Sé quién soy (más o menos)

He dejado de intentar encajar donde no quepo.
He aprendido que ser auténtica es mucho más cómodo que estar fingiendo ser otra.
6. Me regalo (y acepto regalos) sin culpa
Desde un abrazo hasta unos pendientes, todo gesto de amor suma.
Y no, no me avergüenza decir que me encanta recibir.
¿Por qué iba a hacerlo?
7. Celebro con gente que celebra mi vida

No necesito una lista interminable de invitados.
Solo quiero cerca a quienes me ven, me escuchan y me quieren tal y como soy (incluso en modo drama queen).
8. Romper la rutina se convierte en un ritual
La vida a veces aprieta, así que tener un día donde tú eres el centro, la excusa para hacer algo distinto o simplemente reírte más… debería ser obligatorio.
9. Cada año trae algo nuevo que antes no sabía

Con cada cumpleaños descubro algo.
A veces una gran lección.
Otras, simplemente una canción nueva que me obsesiona.
Y no sé tú, pero a mí eso me parece suficiente motivo para celebrar.
10. Me doy permiso
Permiso para descansar. Para ilusionarme.
Para no tenerlo todo claro. Para equivocarme.
Y para reinventarme, si se tercia.
Más motivos (por si aún no te he convencido 😉)
- Porque la vida no es una línea recta. Es una espiral de momentos. Cada cumpleaños es una vuelta más, y siempre hay algo que no habías visto antes.
- Porque celebrar te conecta con la gratitud, y la gratitud es gasolina emocional.
- Porque mirar hacia atrás con ternura (y no con juicio) es un superpoder que se entrena año tras año.
- Porque vivir no debería ser algo que damos por hecho. Dejar pasar un cumpleaños como si nada… es casi una falta de respeto a la vida.
Y para poner la guinda al pastel: algunas citas que me inspiran a celebrar

“No dejamos de celebrar porque envejecemos. Envejecemos porque dejamos de celebrar.”
— Variación libre de George Bernard Shaw“Cumplir años es la única forma de no morir joven.”
— Anónimo con mucha razón“La juventud no tiene edad.”
— Pablo Picasso“Cumplir años no es envejecer, es coleccionar razones para celebrar.”
— Olga Cubillas 😏
En resumen
Cumplir años no es una amenaza, es un privilegio.
Uno que no todo el mundo tiene.
Así que este es mi mensaje:
Celebra tu cumpleaños. Sin excusas. Sin complejos. Y con muuuuuuuuuchas ganas 😉.
¿Y a ti, qué te hace feliz en tu cumpleaños?
Te leo
Te quiero AMIGA
Y yo a ti!!!
Muy buena publicación, Olga.
Yo ya he pasado los 50 y estoy en mi mejor momento!
Gracias por compartirla.
Y doy fe de ellos Elena!!!. Gracias por comentar